- Convertir el museo en un espacio inclusivo para personas con algún tipo de discapacidad física y/o psíquica, o en riesgo de exclusión social.
- Favorecer el museo como un espacio terapéutico a través de manifestaciones artísticas.
- Cumplimiento del art. 1.2. de la Ley 26/2011, de 1 de agosto, que define la adaptación normativa a la Convención Internacional de las Personas con Discapacidad.
- Mejorar las habilidades sociales, favoreciendo su capacidad para comprender las normas de comportamiento propias de un museo y otras claves y convencionalismos sociales y emocionales.
- Servir como apoyo en el desarrollo de procesos cognitivos básicos como el pensamiento abstracto, la atención y la memoria.
- Trabajar por el refuerzo de la autoestima.
- Fomentar el trabajo en equipo, la unidad y la confraternidad.
- Potenciar la creatividad y la curiosidad como recurso para afrontar la vida.
- Estimar las capacidades práxicas optimizando, por ejemplo, la motricidad fina a través de la escritura, la pintura, la mímica y/o el modelaje.
- Ejercitar las capacidades del lenguaje en casos como la afasia, la agrafia y la alexia.
- Reforzar la estimulación cognitiva de la orientación espacio-temporal y de la persona.
- Trabajar las funciones cognitivas que permiten percibir y reconocer las formas y características físicas (visuales, auditivas, somestésicas, olfativas, gustativas) de las personas y de los objetos del entorno.
- Optimizar la memoria (reciente, inmediata, emotiva…)
- Activar y promover la capacidad del cálculo (identificar cifras y números, compresión de operaciones aritméticas…)
- Acercar a los participantes el arte como un medio para expresar emociones e ideas, fomentando su capacidad expresiva a través del lenguaje artístico.
- Favorecer la autonomía e independencia personal.